martes, 23 de agosto de 2011

Contaminación Acústica

Las sociedades modernas cada vez están más expuestas a este tipo de contaminación invisible. El desarrollo de actividades industriales, el transporte, la construcción o incluso las derivadas de distintos hábitos sociales –actividades lúdicas o recreativas- traen como consecuencia un aumento de la exposición al ruido.
Consideramos ruido todo aquel sonido calificado, por quien lo padece, como algo molesto, indeseable e irritante, que interfiere en nuestra actividad o descanso.
Los efectos que produce este tipo de exposición están en función de la intensidad, las frecuencias  emitidas y el tiempo de exposición al que nos sometemos.
Contaminación acústica: un peligro para nuestros oídos
Para la mayoría de la población, la contaminación acústica tiende a ser considerada como un factor medioambiental ciertamente grande, ya que se trata de algo que incide de manera tanto principal como importante en la calidad de vida.
El término contaminación acústica hace referencia al ruido cuando éste se considera como un contaminante; esto es, cuando se convierte en un sonido molesto que puede llegar a producir problemas psicológicos bastante nocivos para una persona (depresión, ansiedad, estrés, insomnio).
No debemos olvidar que un informe de la Organización Mundial de la Salud ha estimado como el límite superior deseable en los 50 dB.
Las principales causas de la contaminación acústica
Como de buen seguro sabrás, la principal causa de contaminación acústica es la humana, el cual especialmente se deriva en el transporte, la construcción de edificios, la cercanía a un aeropuerto o a una línea de trenes, o la industria.
Pero también existe un tipo determinado de contaminación acústica que puede llegar a afectar gravemente, e incluso la propia convivencia en una comunidad de vecinos: la música alta.
Efectos del ruido en el ser humano
Como te comentamos anteriormente, la contaminación acústica tiene varios efectos perjudiciales para la salud de la persona, que tienen que ver con una serie de efectos fisiológicos, o bien efectos psicológicos.
Entre los efectos fisiológicos, nos encontramos con los siguientes:
  • Efectos auditivos.
  • Efectos no auditivos (afecciones en el riego cerebral, alteraciones en el proceso digestivo, trastornos intestinales y cólicos, aumento de la presión arterial, aumento de la tensión muscular, etc.)
Entre los efectos psicológicos, encontramos los que siguen:
  • Efectos sobre la conducta.
  • Efectos sobre el sueño.
  • Efectos sobre la memoria.
  • Efectos en el embarazo.
  • Efectos en la atención.
  • Efectos sobre los niños.
Es cierto que, de momento, existen algunas lagunas legales respecto a esta problemática. Por este motivo fundamental, es vital contar con una ley adecuada que recoja todos los tipos de contaminación acústica que pueden llegar a afectar a la calidad de vida de la persona, y que recoja las penas adecuadas para cada delito.


Contaminación Electromagnética

El medio ambiente natural está trastocado desde la aparición de campos electromagnéticos artificiales. En los últimos tiempos se ha producido un espectacular aumento del fondo electromagnético, originado por líneas de transporte eléctrico, transformadores, antenas emisoras de telefonía, radio y televisión, radares, aparatos eléctricos, teléfonos móviles, teléfonos inalámbricos, electrodomésticos, etcétera, dando lugar a lo que podemos denominar: contaminación electromagnética.
Nos encontramos sometidos constantemente a radiaciones artificiales de forma indiscriminada, a pesar de los consabidos riesgos que ello supone y, lo que es más grave, de hecho continúa aumentando sin ninguna clase de control, pues la ausencia de legislaciones coherentes con la problemática permite esta exposición incontrolada. Por todo ello, podemos afirmar que el delicado equilibrio del medio ambiente natural ha sido substancialmente alterado.

En los países industrializados gran parte de la población está expuesta, en mayor o menor medida, a campos electromagnéticos potencialmente peligrosos para la salud. Esta exposición sucede tanto en las viviendas como en el lugar de trabajo e incluso en calles, parques, escuelas, geriátricos y hospitales.

El umbral de riesgo viene marcado por la sensibilidad o predisposición personal, aunque existen unos valores límite orientativo, concebido en base a las investigaciones independientes realizadas. Si bien, en principio, cualquier variación de los niveles de radiación natural tiene un efecto biológico sobre los organismos expuestos.

El aumento desenfrenado de focos emisores de contaminación electromagnética (líneas de alta tensión y de distribución eléctrica en general, estaciones de transformación, electrodomésticos, vías de transporte electrificadas, emisoras de telefonía móvil, radio y televisión, radares, etc.) ha añadido nuevos factores de riesgo para la salud de las actuales generaciones y para las futuras, ya que este tipo de contaminación puede afectar a la información genética.